
Huila es el primer
departamento por donde pasa el río Magdalena. Por
eso, no es raro que con los años hayan surgido historias y leyendas
relacionadas con su cauce, como el Mohán, un personaje mitológico de larga
cabellera y ojos brillantes que era hechicero y se convirtió en el protector
del río.
Dice la leyenda que embrujaba
a las lavanderas y las convertía en sus trofeos. Hoy existe un monumento
alusivo, La Torre El Mohán, que es el primer lugar que visitamos de Neiva. La
torre fue construida en el 2002 y, aunque deteriorada, ofrece una gran vista a
las cordilleras y el río.
Desde diversos puntos de esta
ciudad se ve correr el Magdalena. Un punto estratégico es el monumento a la
cacica La Gaitana, una estructura inaugurada en 1974, de 30 metros de alto y 12
de ancho, que representa la fortaleza de la mujer opita protectora de su
tierra. Ella vengó la muerte de su hijo a mano de los españoles y lideró la
resistencia indígena de la región.
En esta metrópoli es clave
visitar el Centro de Convenciones y su Museo Arqueológico Regional de Huila,
con una muestra de la riqueza arqueológica de la región y hacer una breve
parada en la plaza cívica Los Libertadores. Antes allí quedaba la plaza del
mercado y ahora hay un monumento a los pescadores, bailadores de bambuco,
indígenas y agricultores. Allí se compran bizcochos de achiras o jugo
de cholupa, ambos con sellos denominación de origen.
La propuesta ahora es tomar
una lancha autorizada para hacer un recorrido por el río. Luego de unos 40
minutos de disfrutar el paisaje y ver la cueva de El Mohán llegamos al
corregimiento de Fortalecillas. En sus calles no hay mucho tráfico y la mayoría
de las casas tienen afuera un puesto de venta de achiras, como el parador
Auxiliadora, con el que Mari, dueña del lugar, logró la educación de sus hijos
y hoy incluso hace eventos allí.
Para mirar las estrellas
La siguiente parada es el municipio de Villavieja. Cuatro lugares que deben visitarse son: el Museo Paleontológico donde se exponen 950 piezas originales de restos fósiles de gigantescas tortugas, osos perezosos, cangrejos y peces que datan de casi hace 15 millones de años; la casa Museo del Totumo, donde el artesano Gabriel Rodríguez presenta obras como bisutería, productos de uso doméstico y decorativo como lámparas, jarrones o centros de mesa; el desierto de la Tatacoa, y la recomendación allí es mantenerse hidratado, usar calzado cómodo y protector solar. Hay caminos marcados para turistas y una piscina de aguas mineralizadas construida por los lugareños. Son 330 kilómetros cuadrados de bosque seco tropical en donde se ven tepuyes o mesetas de gran altura con una superficie plana, formaciones verticales causadas por la erosión, coloraciones rojizas en el suelo y cactus.
La siguiente parada es el municipio de Villavieja. Cuatro lugares que deben visitarse son: el Museo Paleontológico donde se exponen 950 piezas originales de restos fósiles de gigantescas tortugas, osos perezosos, cangrejos y peces que datan de casi hace 15 millones de años; la casa Museo del Totumo, donde el artesano Gabriel Rodríguez presenta obras como bisutería, productos de uso doméstico y decorativo como lámparas, jarrones o centros de mesa; el desierto de la Tatacoa, y la recomendación allí es mantenerse hidratado, usar calzado cómodo y protector solar. Hay caminos marcados para turistas y una piscina de aguas mineralizadas construida por los lugareños. Son 330 kilómetros cuadrados de bosque seco tropical en donde se ven tepuyes o mesetas de gran altura con una superficie plana, formaciones verticales causadas por la erosión, coloraciones rojizas en el suelo y cactus.
El sol se esconde y las
estrellas se hacen visibles. El cuarto lugar es el Observatorio Astronómico de
la Tatacoa. Allí se ven constelaciones del hemisferio norte y el sur por la
poca contaminación lumínica. A las 7 de la noche comienza la función, piden no
alumbrar con los celulares ni usarlos para adaptar los ojos a la oscuridad.
Aproximadamente 50 personas reunidas miran el cielo y sus miles de estrellas
que brillan con intensidad. Con el telescopio se ve Júpiter y Saturno, y sin
él, la estrella Antares y las constelaciones Corazón de Orión y Escorpión,
entre otras.
Para ver los ‘ojos del tigre’
El municipio de Yaguará es
reconocido por su quesillo. La primera parada es la fábrica Doña Florinda, en
la que Florinda Fierro durante 45 años ha mantenido esta tradición en la
creación del queso semiblando, que se hace de manera artesanal por un proceso
de cuajado y salado; luego se calienta en una paila hasta estirarlo con una
cuchara de palo. El proceso no es sencillo y solo Florinda y su ayudante hacen
la técnica. Luego lo envasan para que se enfríe y se acompaña con cocadas o
bocadillo.
A unos minutos llegamos al embalse de Betania, donde está la represa del mismo nombre que provee energía al país. Tomamos una lancha para recorrer las casi 7.000 hectáreas de este espejo de agua, así como ver diversas aves. A diferencia de un paseo tradicional en río, la distancia entre las orillas es mayor. En la calle cercana, al inicio del embalse, una opción para almorzar es mojarra típica del lugar en el restaurante Doña Anita.
Para los amantes del espeleo turismo está la cueva del Tigre en la vereda Upar. Está completamente oscuro y nos mantenemos agachados para no dañar las estalactitas del techo. Luego de unos minutos encontramos impregnado en las rocas la figura de un caracol. Antes de irnos nos piden que apaguemos las linternas para ver los ojos del tigre, y lo hacemos. Luego de unos minutos mientras los ojos se adaptan al cambio de luz es posible ver cómo por dos orificios entra luz a la cueva simulando los ojos de un animal. El clima es caluroso dentro de la cueva, la opción es caminar hasta el charco El Bejuco para un baño natural.
A unos minutos llegamos al embalse de Betania, donde está la represa del mismo nombre que provee energía al país. Tomamos una lancha para recorrer las casi 7.000 hectáreas de este espejo de agua, así como ver diversas aves. A diferencia de un paseo tradicional en río, la distancia entre las orillas es mayor. En la calle cercana, al inicio del embalse, una opción para almorzar es mojarra típica del lugar en el restaurante Doña Anita.
Para los amantes del espeleo turismo está la cueva del Tigre en la vereda Upar. Está completamente oscuro y nos mantenemos agachados para no dañar las estalactitas del techo. Luego de unos minutos encontramos impregnado en las rocas la figura de un caracol. Antes de irnos nos piden que apaguemos las linternas para ver los ojos del tigre, y lo hacemos. Luego de unos minutos mientras los ojos se adaptan al cambio de luz es posible ver cómo por dos orificios entra luz a la cueva simulando los ojos de un animal. El clima es caluroso dentro de la cueva, la opción es caminar hasta el charco El Bejuco para un baño natural.
Baño relajante de cerveza
En el municipio de Campoalegre
está el spa de cerveza, en Casa Bohemia, un hotel campestre que produce vino y
cerveza artesanal. El spa ofrece masajes y zona de relajación, sus olores no
son los tradicionales a rosas sino más herbales y amaderados. Se destaca el
baño de cerveza, en el que se combina el lúpulo y la malta para dar una
experiencia de relajación con cerveza ilimitada durante una hora.
El checo Martín Prevratsky y la campoalegruna Lina Cortés, propietarios del lugar, decidieron sembrar hectárea y media de uvas como syrah, merlot y tempranillo,el que, luego del proceso de fermentación, es guardado en barricas de roble francés y colombiano para mejorar cada sabor y textura. Martín, al ser maestro cervecero, decidió incluir la cerveza artesanal como la San Juanera, una mezcla de cerveza belga con mora.
Otros dos lugares son la Casa Museo del Arroz, una hacienda hotel cerca de la residencia del expresidente José Hilario López. Allí le rinden tributo al arroz con máquinas antiguas en su entrada y elementos de recolección en las paredes. Y el Patio de la Cerámica, iniciativa con mujeres cabeza de familia que a través de cerámica realizan baldosas o adoquines, floreros, vajillas y centros de mesa. Ellas han resaltado las tradiciones huilenses y se han inspirado en el arte precolombino para sus diseños.
El checo Martín Prevratsky y la campoalegruna Lina Cortés, propietarios del lugar, decidieron sembrar hectárea y media de uvas como syrah, merlot y tempranillo,el que, luego del proceso de fermentación, es guardado en barricas de roble francés y colombiano para mejorar cada sabor y textura. Martín, al ser maestro cervecero, decidió incluir la cerveza artesanal como la San Juanera, una mezcla de cerveza belga con mora.
Otros dos lugares son la Casa Museo del Arroz, una hacienda hotel cerca de la residencia del expresidente José Hilario López. Allí le rinden tributo al arroz con máquinas antiguas en su entrada y elementos de recolección en las paredes. Y el Patio de la Cerámica, iniciativa con mujeres cabeza de familia que a través de cerámica realizan baldosas o adoquines, floreros, vajillas y centros de mesa. Ellas han resaltado las tradiciones huilenses y se han inspirado en el arte precolombino para sus diseños.
DANIELA PINTO