
La exguerrilla denunció que en los últimos meses varios
firmantes del pacto de La Habana han sufrido hechos violentos, entre atentados
y homicidios, y que después de la dejación de armas el paramilitarismo se
fortaleció en zonas donde antiguamente operaba esa insurgencia.
Tras hacer un recuento de los últimos hechos violentos
que han sufrido varios integrantes de la antigua guerrilla de las Farc, el
ahora partido político hizo un llamado a la comunidad internacional y a los
colombianos para que exijan al gobierno el cumplimiento de lo pactado. “Ayer
(sábado) en el departamento del Guaviare, límites con el departamento del Meta,
fue vilmente asesinado Giovany Murillas (Cristobal) y otros
integrantes de nuestro partido, en Risaralda y Arauca, fueron amenazados de
muerte por las estructuras paramilitares La Cordillera y las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC)”, manifestó públicamente esta
colectividad.
Los antecedentes que han venido llenando la copa de la
exguerrilla, tienen que ver con el homicidio de Samuel David González
Pushaina, un niño de siete meses e hijo de un excombatiente de las Farc de la
Guajira, quien a mediados de abril pasado recibió varios impactos de bala de
hombres que dispararon indiscriminadamente contra la casa de su padre.
El otro hecho es el asesinato del exguerrillero
Dimar Torrez, quien apareció abaleado y con signos de tortura en zona rural de
Norte de Santander. Este homicidio, en el que estarían involucrados miembros de
la VI División del Ejercito Nacional, ha generado todo tipo de controversias
entre la exguerrilla y el Ministro de Defensa, Guillermo Botero, quien no ha
reconocido la situación como algo delicado en el marco del pacto de La Habana.
“Estos hechos son producto de la falta de
garantías y seguridad por parte del gobierno del presidente Iván Duque, a
pesar de que en el Acuerdo de Paz están contempladas las medidas y herramientas
para ese fin. Hechos como estos demuestran que la política actual del gobierno
sigue siendo la de hacer trizas el Acuerdo, siendo complacientes con la cuota
de sangre que reclaman los amigos de la guerra”, advirtió la FARC.
Hay que resaltar que, en marzo pasado, en el informe
anual sobre la situación de derechos humanos en Colombia, la oficina del alto
comisionado y el secretario general de las Naciones Unidas, subrayaron con
preocupación que luego de la firma del acuerdo de paz hayan sido asesinado 85
excombatientes de las Farc. Hoy, la cifra ha aumentado en casi 90 asesinatos y
la Misión de Verificación de la ONU sigue haciendo el mismo llamando: “Estas
situaciones generan un serio riesgo para la estabilidad del proceso de paz, lo
que ha llevado a algunos excombatientes a abandonarlo”, sentenció el informe.
Tomado de: www.elespectador.com